MURAL EN CENTENARIO-NEUQUEN ARGENTINA

MURAL EN CENTENARIO-NEUQUEN ARGENTINA
Equipo de muralisas Luis Nichela, Silvana Nichela, Mauro Rosa y Mauricio Barreto

24 dic 2012

Y DALE CON LOS APELATIVOS...


Tanía poco más de veinte años cuando decidió que sería periodista y escritor. Antes, a la hora de entrar a la secundaria quiso ser maestro normal, pero en ese entonces decidían los viejos y salió bachiller a lo Sansón Carrasco. Hubo muchas historias en este camino a la escritura,una de ellas nació de la costmbre de coordinar las asambleas del sindicato. Como no es fácil hablar ante tanta gente y que lo escuchen a uno, de allí salió que rea locutor, cosa que jamás pensó ni deseó; pero al Gallina Negra, secretario general de los mecánicos, le pareció buena idea que el tipo hiciera de maestro de ceremonias en el día del gewmio.
Sería un gran festjo con orquesta y entrega de premios como se acostumbraba. Metía miedo el compromiso, pero hay que atrebrse a decirles que no a tres compañeros grandotes que trabajan todo el día con fierros y llave inglesa.
En ese norte argentino, todavía clerical y monárquico, se mantenía la costumbre de ponerle a los niños el nombre del santo que corresponde a la llegada al mundo. Así un cuchillero respetado que lleguó a conocer se llamaba Cándido Isabel Molino, hijo del famoso tropero y rastreador Natividad Molino, del departamento San Martín.
Esta inocente costumbre provocó la tragedia.
Porque a la hora de entregar los premios del campeonato de truco de SMATA, el tipo anunció la pareja ganadora, integrada (como si fuera hoy mire) por la señora María Salomé Frías.
Al decir ese nombre se levantó un mecánico que llegaba casi a los dos metros y andaría por los ciento diez quilos cómodo.
El señor era un pan de Dios, bonachón y con sentido del humor, pero el maestro de ceremonias había brindado muchas veces y el miedo no es zonzo...
  Lofueron a buscar a la vereda, a la vuelta de la esquina, donde estaba por precaución, y dejó de temer por sus huesos cuando MARIO me dió lamano y me invitó una copa.
De todas formas fué el final de su carrera como locutor.
YA SÉ QUE SI DIGO QUE SOY AMIGO DE JORGE LUIS B. NO ME VAN A CREER, PERO ES ASÍ Y SE LO DEDICO Y TAMBIÉN A EDUARDO

18 oct 2012


Desde Villa Tortafrita

Querido amigo, la foto que gentilmente me enviaste me hizo acordar cuando venía Sylvia a tomar mate a nuestra casa de Nueva York. Seguramente vos no te acordás porque eras muy chico, le gustaba sentarse en el patio del fondo con el banquito de madera. Hablábamos de arte, y me comentaba que recorría esos barrios marginales en busca de talentos porque su papá tenía un museo para descargar impuestos y la había puesto a ella al frente. Entre mate y mate me explicaba cómo era el negocio, había centenares de jóvenes artistas en el Village, en Queens, en Brooklin, que pasaban hambre, muy transgresores y rebeldes, muy libres en sus obras. Entonces ella les pasaba unos mangos para pagar el alquiler, les armaba una exposición en la galería de algún amigo de confianza y luego mandaba expertos del museo para que compraran varios cuadros, lo publicitaba muy bien en revistas especializadas donde los jóvenes transgresores salían con declaraciones como “el arte ha muerto” y esas cosas que a mí me extrañaban mucho. Luego los que habían matado el arte empezaban a cobrar sumas escandalosas por obras…de arte.
Sylvia y su museo pasaban a ser los poseedores de cuadros millonarios, millones que se descontaban de los impuestos de papá, y las galerías de los amigos vendían y cobraban las comisiones adecuadas.
Claro que hablamos de aquellas épocas en que vos eras muy chico, la gente de plata de Norteamérica iba a Europa, hacía breves cursitos sobre arte, se relacionaba con algún marchand y el arte seguía llegando de Europa. Entonces Sylvia y su grupo de mecenas tuvieron la virtud de crear un arte norteamericano desde la nada. Ni un cursito breve, nada.
Pero con identidad norteamericana.
Como yo no tenía esa identidad seguía sin entender, pero por suerte vos jugando con tu balero de madera que pintó Quinquela Martín rompiste el brazo de la estatua de la libertad, el que le hicieron de nuevo con plástico, y tuvimos que escaparnos a México.
            Desde que me vine de nuevo a Villa Tortafrita escribí algunas notas sobre arte en una revista que empezó a andar muy bien, creció y la compró un lobby empresario. Me pagaban exorbitancias por mis notas, te cuento que me parecía demasiada plata, hasta que escribí sobre el arte que ha muerto inspirado en mi experiencia en Nueva York.
¿No tendrás un trabajito para mí en México?
            Tu amigo, el del balero.

19 may 2012

Puedo ver …

 


en la humedad de las paredes
un enjambre de mapas móviles e inasibles,
quizás de alguna meta inalcanzable,
o simplemente la dirección justa
del sitio que alguna vez soñé.

No lo sé…

lo cierto es que voy;
parte del camino,
pedregullo que rueda por la cuesta.
La marcha no es constante
y en sus ausencias extraño el temblor.

La cuesta.
El arriba y el abajo.
Los ojos vibran, soñadores e insomnes.

La senda es la partida y el arribo
el amor es el punto de inicio
y el calor del abrazo, una llegada.

El camino va desde nosotros.
hacia nosotros mismos,
nosotros todos.
Solo en este lugar
podremos encontrarnos,
aun extraviados.

Desde siempre los Señores Carceleros
buscan clausurar definitivamente las puertas,
pero eternamente habrá
pies desnudos,
alas dispuestas.

…Volar descalzo por viejos caminos nuevos…

Somos hijos de un dios
que decepcionado nos abandonó.
Somos hermanos en ese olvido.

Fuimos alguna vez un madero
atormentado por la marea
buscando la orilla.
Luego, juntos inundamos el silencio vacío,
con un canto en medio de la noche.

En tanto caminantes,
si nos detenemos dejaremos de ser.
Somos la memoria.
Somos los muchos, los nosotros.

Somos lo que se salvó de la hoguera.

Una vez nos pintaron la piel por ser distintos,
después pudimos abrir las puertas
y hoy somos una muchedumbre multicolor
trajinando los senderos.
Alborotando.
Danzando.
Celebrando la vida,
a la espera de más encuentros.

Bienvenidos quienes quieran compartido.
Bienvenidos cuantos sean.
¡Bienvenidos¡
ALDO COLABELLO

7 abr 2012

AMORES SUBVERTIDOS
ALDO COLABELLO
Ser tan joven,tan descaradamente nuevo
no era tarea fácil avanzados los 70´.
La adolescencia se escabullía
dando pequeñas brazadas...
como podía.

El tiempo andaba lento por entonces
pesado de represión y de miedo,
miedo de saber...
miedo por no poder...

Eran días oscuros,
de asfixia,
de almas cianóticas.
Parecía no tener muchas chances el amor.
Sin embargo florecía...
en las veredas,
en los parques,
testarudo y aguerrido.
como la hierba crece entre las rocas
despreciando la guadaña.
Como un buen signo de supervivencia.

Un grito... a veces con sordina...
Un grito al fin.

Los minutos transcurrían despacio
como en las viejas estaciones del San Martin
donde a veces soñaba con escapar
de aquel, mi propio pueblo blanco.

Aquellas horas no las marcaban
las agujas del cansado reloj.
Los marcaban los bastones 
amoratando los cuerpos
Los marcaba la metralla
contra las paredes de un baldío,
las repentinas ausencias
de un modo forzado y final.

Entre tanto el amor
todavía se mostraba en las plazas
que pronto fueron de concreto y alumbrado
y ya no pudieron abrigar a nada ni nadie.

La ternura sorprendida
era embestida por pulcros uniformes.

Hubo amor superviviente.
Hubo amor supervivido.

Nos quedaba  amor en los rincones,
en aquel zaguán de barrio,
en algún error
de los diagramas de cemento
con que intentaron lapidarlo todo.

Nuestros latidos
corrían riesgo cierto de ser acallados.
(hubo el gran comunicador).

Pero los corazones
eran miles de células libertarias,
islas con vocación de continente,
fortalecidos de oponerse al viento
en medio del humo y de la noche.

Insomnes, con la amorosa razón enarbolada
contra aquella razonada sin razón.

Y entonces asomó mi primer amor
entre las ruinas de aquella decada que moría,
apenas otra flor salvaje entre los escombros...

No sé que más decir,
no soy cantor ni soy poeta.
apenas si soy salvo de aquel naufragio
y aún necesito construirnos día a día.