“Así tambien, la lengua es un miembro pequeño,
y sin embargo hace grandes alardes.
¡Miren!¡Con cuán pequeño fuego
se incendia tan grande bosque”
Santiago 3:5
Las palabras que nos lanzamos como cuchillos
Cortan el aire de la madrugada.
(Esa hora fatal para los encuentros,
Experta en desentrañar heridas).
Palabras que se cruzan.
Palabras que se encuentran.
Palabras que se enfrentan.
Palabras que se rozan.
Las palabras dolieron plenamente
Encontrando caminos muy secretos.
Han llegado profundo en el espíritu.
Han calado hondo, hasta los huesos.
Palabras certeras.
Palabras dolientes.
Palabras hirientes.
Palabras arteras.
¡Ay! Si no existieran las palabras
Hubiéramos, de todos modos,
Encontrado la manera
De darnos puñaladas.
Hilde Karinna Ghiselli
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